Una emergencia por erupción volcánica puede resultar muy diferente del caso de un terremoto por una razón fundamental: una erupción es un proceso progresivo y puede ser anticipada si el volcán está correctamente vigilado y monitoreado. Manejada adecuadamente, la información proveniente del monitoreo puede ayudarnos de forma muy significativa a minimizar los impactos de una erupción.
Así, las reacciones y actitudes que debemos adoptar frente a una erupción volcánica se dividen en tres períodos de tiempo diferentes: ANTES, DURANTE y DESPUÉS.
El periodo que precede a la reactivación de un volcán puede ser relativamente largo. Si el diagnóstico de los volcanólogos indica que el volcán se encuentra en estado de tranquilidad, es posible que todavía queden muchos años antes de que ocurra la próxima erupción. Es muy importante aprovechar este valioso tiempo para realizar las siguientes tareas:
- Infórmate si tu vivienda, el sitio donde trabajas/estudias o tus sitios preferidos de recreación se encuentran en alguna zona de peligro potencial en caso de erupción. Puedes hacer esto mirando detalladamente los mapas de peligros volcánicos editados por el Instituto Geofísico. Fíjate bien en cuáles son los diferentes peligros a los que tú o tu familia podrían estar expuestos.
- Discute con tu familia, tus amigos y tus vecinos sobre lo que podrían hacer frente a los diferentes peligros volcánicos. Imagínate diferentes escenarios, ya que tus reacciones no serán las mismas si la erupción ocurre en el día o en la noche, en época de clases o de vacaciones. Esto se llama preparar un plan de contingencia.
- Participa en los simulacros programados por las autoridades para poner a prueba tu plan de contingencia, y así mejorarlo si fuera necesario.
- Si tienes cualquier duda sobre los peligros volcánicos, pide ayuda o explicaciones a los expertos del Instituto Geofísico: parte de su trabajo es informarte y ayudarte cuando necesites información científica certera sobre los volcanes del Ecuador.
- Si no sabes cómo preparar tu plan de contingencia, pide ayuda a las autoridades locales (municipios) y nacionales (Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos). Ellos te ayudarán a preparar un plan para hacer frente a una erupción.
Si el diagnóstico de los volcanólogos indica que el volcán ha incrementado su actividad y que es posible que una erupción se acerque, entonces debes:
- Revisar el plan de contingencia que hayas preparado junto con tu familia, tus amigos y tus vecinos.
- Estar atento a las informaciones que serán entregadas por las autoridades a cargo de manejar la crisis y seguir en lo posible sus recomendaciones. No te fíes de rumores o de información proporcionada por gente no autorizada, porque esto podría provocarte serias confusiones y ponerte en mayor peligro.
- Preparar una mochila o un kit de emergencia que contenga cosas básicas como: radio portátil, linterna con pilas, botiquín, agua embotellada, alimentos que puedan consumirse sin cocinar, abrelatas/cuchillo, copias de tus documentos, lista de teléfonos importantes, etc.
- Tratar de mantenerte cerca de tu familia.
Una erupción es un proceso que puede durar desde pocos minutos hasta varios días. Sin embargo, las erupciones raramente se presentan como un episodio único, sino que se producen en grupos durante periodos eruptivos, que pueden durar algunas horas hasta varios años. Por ejemplo, el último periodo eruptivo del Guagua Pichincha duró cerca de tres meses, entre octubre y diciembre 1999, durante los cuales ocurrieron varias erupciones, que duraron desde pocos minutos (explosiones) hasta algunos días (extrusión de domos de lava). Entonces, lo que hagas durante una erupción debe adaptarse al progreso de la actividad del volcán. Tus planes de contingencia deberán tener en cuenta la eventualidad de que el periodo eruptivo pueda durar hasta varios años.
Así, no olvides:
- Estar siempre atento a la información proveniente de las autoridades a cargo del manejo de la crisis. Pide detalles si esta información no es suficientemente clara. No te fíes de rumores o de información proporcionada por gente no autorizada, porque esto podría provocarte serias confusiones y ponerte en mayor peligro.
- Guardar la calma y poner en marcha tus planes de contingencia solamente cuando sea necesario, de acuerdo con las recomendaciones de las autoridades, al nivel de actividad del volcán y a los fenómenos volcánicos que se presenten.
- Preocuparte en primer lugar por tu buen estado y tu seguridad, ya que solo entonces podrás brindar ayuda efectiva a los demás.
Luego de una erupción o de un periodo eruptivo de un volcán, es importante que se realicen las siguientes actividades:
- Evalúa el funcionamiento de tus planes de contingencia junto con tu familia, amigos y vecinos. Esto te permitirá mejorarlos y estar más preparado para el futuro.
- Mantente atento a la información que serán entregadas por las autoridades a cargo de manejar la crisis y sigue en lo posible sus recomendaciones. No te fíes de rumores o de información proporcionada por gente no autorizada, porque esto podría provocarte serias confusiones y ponerte en peligro.
- Ayuda a los miembros de tu comunidad que hayan sido los más afectados por los fenómenos volcánicos. No obstaculices el trabajo del personal de emergencia o rescate.
- En el largo plazo, preocúpate por transmitir lo que aprendiste durante la crisis a las generaciones más jóvenes que no la vivieron directamente.