
¿Qué hacemos en caso de ingresar a un cráter volcánico activo?
En algunos volcanes existen áreas especialmente sensibles, este es el caso de los cráteres de activos y manifestaciones del sistema hidrotermal (fumarolas o termales de alta temperatura).
En estas zonas los peligros a los que nos exponemos pueden ser varios:
• Explosiones impredecibles
• Gases nocivos, asfixiantes y venenosos
• Altas temperaturas
• Caída de rocas/ Senderos inestables
Explosiones impredecibles
El objetivo de los observatorios volcánicos es vigilar la actividad volcánica con diferentes métodos y a través de esto tratar de pronosticar las erupciones. Sin embargo, existen cierto tipo de fenómenos que no pueden ser anticipados.
Las erupciones freáticas se producen por el sobrecalentamiento y presurización de agua de los sistemas hidrotermales en un volcán, al ser causadas por “agua hirviendo” no muestran signos premonitorios, y no ocurren necesariamente en la cumbre/cráter.
Gases nocivos, asfixiantes y venenosos
Los ambientes volcánicos pueden presentar zonas con emisiones de gas. Algunos de estos gases pueden ser perjudiciales para la salud, o incluso causar la muerte de los seres vivos, dependiendo de la concentración y el tiempo de exposición.
• CO2 – dióxido de carbono: es un componente habitual de nuestra atmósfera (~ 450 ppm), pero también es emitido por los volcanes activos. Es un gas muy pesado, por lo que suele reemplazar al aire ocupando depresiones como cráteres, grietas, cuevas y quebradas. No se puede detectar con el olfato, en ciertas concentraciones causar dolor de cabeza y somnolencia (>10.000 ppm). En sitios cerrados o mal ventilados se acumula en concentraciones más altas (>30.000 ppm) causando rápida asfixia y la muerte.
• SO2 – dióxido de azufre: es un gas incoloro e inodoro, sin embargo, aunque puede ser detectado como una sensación penetrante similar a la del gas pimienta. Se disuelve fácilmente en agua, por lo que también puede ser altamente irritante. Concentraciones de más de 5 ppm pueden ser tóxicas en exposiciones prolongadas.
• H2S – ácido sulfhídrico: es fácilmente reconocible por su característico “olor a huevos podridos”. Pero si la concentración aumenta por encima de 50 ppm se vuelve imperceptible al olfato (señal de alerta) y altamente tóxico. Por encima de 100 ppm puede llegar a ser letal.
• Gases halogenuros (HF, HCl, HBr): se mezclan fácilmente con el agua y son altamente tóxicos, incluso en concentraciones muy bajas (menos de 5 ppm).
Sentir mareo, somnolencia, ardor o irritación en la garganta o nauseas pueden ser signos de alerta frente a la presencia de uno o más de estos gases. Muchas veces el alto contenido de H2S lo vuelve imperceptible dando una falsa sensación de seguridad este caso debemos retirarnos a una zona segura, alejada de la fuente del gas y con mejor ventilación.
Para ingresar a ambientes con presencia de gases volcánicos se debe llevar mascarillas con filtros especiales para gases ácidos y halogenuros. Aunque hay que recordar que estas máscaras son completamente inútiles para zonas con alto contenido de CO2.
Altas temperaturas
Los campos fumarólicos y algunas fuentes termales pueden tener agua al punto de ebullición (unos 80-100º C, dependiendo de la altura) o a temperaturas incluso más altas. En consecuencia, existe un riesgo latente de sufrir quemaduras graves.
Caída de rocas
Muchas veces los cráteres activos y los campos fumarólicos están ubicados en sitios altamente escarpados, con pendientes casi verticales y extremadamente inestables. Estas características son propicias para la caída constante de rocas por acción de la gravedad, o incluso por eventos sísmicos (muy comunes en el Ecuador).
Los ingresos a estas zonas altamente peligrosas suelen estar restringidos, y no suelen tener caminos adecuados. Algunas veces las personas que practican deportes de aventura ingresan a estas zonas restringidas, incrementando el riesgo de sufrir un accidente.
¿Qué debemos hacer?
Lo primero es estar bien informados sobre el sitio que estamos visitando. Antes de hacer actividades de camping, andinismo o senderismo, debemos informarnos sobre el nivel de actividad del volcán y sobre prohibiciones vigentes en la zona que vamos a visitar.
Mantener la comunicación es crucial, debemos comprender que muchas veces las zonas. Hoy en día hay diferentes servicios que pueden asegurar una comunicación óptima desde cualquier lugar remoto. Es importante que los explores y utilices.
En todo momento debemos seguir las indicaciones del guarda-parques y obedecer la señalética que esté colocada, no salirnos de los senderos. Es altamente recomendado ir en compañía de guías de montaña debidamente certificados.
Si realizas actividades de alta montaña o senderismo es importante estar preparados. Conocer conceptos básicos de primeros auxilios podrá salvar tu vida, lleva siempre contigo un botiquín de primeros auxilios acorde a las actividades a realizar.
Los rescates en alta montaña
Los accidentes pueden suceder en cualquier momento y el comportamiento de la naturaleza es casi siempre impredecible, por lo que los cráteres de volcanes activos y los campos fumarólicos suelen estar restringidos al público.
Debemos recordar que por lo general estas zonas son de difícil acceso, por lo tanto, la ayuda puede tardar mucho en llegar. Se estima un aproximado de 2 a 3 horas para llegar, lo que en algunos casos pudiera ser muy tarde.
En casos extremos como el inicio de una erupción, los organismos de emergencia pueden optar por no acceder de inmediato a la zona para no poner en riesgo la vida de los rescatistas.
Por tanto, hay que evitar buscar riesgos innecesarios, acceder a zonas visiblemente inestables o peligrosas ya que puede poner en peligro tu vida.
Actualizado: 2025/10/29
D. Sierra, M. Almeida