Noticias - Instituto Geofísico - EPN
Servicio de Informació y Noticias Científicas (SICN)
Enrique Sacristán
13/05/2011
Esta semana dos terremotos de magnitud 4,5 y 5,1 han sacudido el municipio murciano de Lorca, causando nueve víctimas mortales e importantes daños materiales. El físico Jorge Gaspar (Madrid, 1971), miembro del Grupo de Investigación de Ingeniería
Sísmica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), analiza para SINC algunos aspectos de la catástrofe.
Jorge Gaspar, científico del Grupo de Investigación de Ingeniería Sísmica de la UPM

¿Cómo un terremoto de relativa baja magnitud causa este desastre?

Han intervenido varios factores. El seísmo se ha producido cerca de la población y, además, relativamente próximo a la superficie. Además, se ha juntado que muchos de los edificios afectados eran antiguos, como la torre de la iglesia que hemos visto caer por televisión. Los daños, sobre todo, se han producido por elementos no estructurales, es decir, aquellos que no afectan a la estructura de la casa, como un tabique o elementos ornamentales de la fachada que pueden caer sobre alguien y causarle la muerte. El terremoto en sí mismo no mata a las personas, lo que mata y produce pérdidas humanas o materiales es estar en las construcciones afectadas o su entorno.

¿Qué legislación regula la seguridad de los edificios frente a los terremotos?

En España existe la Normativa de Construcción Sismorresistente de 2002 (NCSE-02), que establece los lugares donde se debe construir de acuerdo a esta norma y unas especificaciones de cómo hacerlo. Actualmente está en proceso de revisión. A nivel europeo, y con el mismo espíritu, se estableció el denominado Eurocode 8, dentro del cual cada país miembro puede definir sus propios anexos nacionales. En Lorca no hay un número excesivo de edificios cuya estructura se haya visto afectada. Han sido, sobre todo, los más antiguos, en los que no hay ningún diseño antisísmico.

¿Y qué papel desempeña el tipo de material de las construcciones?

Existen una serie de categorías. En Murcia lo que más abunda es la estructura muraria de piedra (vulnarable y dominante hasta los años 1950) y la mampostera de ladrillo. A partir de los años ‘60 y ‘70 se extiende la estructura de hormigón y progresivamente se empieza a emplear el hormigón armado con refuerzo sismorresistente. Lógicamente este material es el más resistente, frente a la mampostería de piedra tradicional o al tapial (tierra amasada). De todas formas, la vulnerabilidad no solo depende del material de construcción, también de la estructura (a más regular, menos vulnerable, y viceversa).

Además Lorca se asienta en una zona sísmica ‘caliente’ ¿no?

Toda la sismicidad de España está relacionada con el contacto entre las placas tectónicas Euroasiática y Africana. En concreto estos últimos terremotos se asocian a un sistema de fallas bastante bien estudiado, el de Alhama de Murcia, una localidad cercana a Lorca. En los últimos años han ocurrido otros terremotos dañinos en la región, como el de La Paca (una pedanía de Lorca) en 2005, el de Bullas en 2002 y el de Mula en 1999.

Con los datos de estos seísmos se elaboró un estudio en 2008 en el que usted participó…

Sí. Fue un encargo de Protección Civil de Murcia para reevaluar la peligrosidad y el riesgo sísmico en la región a partir de los últimos datos. Los resultados permitieron proponer un nuevo mapa de peligrosidad, que se tuvo en cuenta para elaborar los planes de protección civil ante el riesgo sísmico. Cada comunidad autónoma dispone de planes de emergencia ante los riesgos naturales. Murcia tiene varios, y uno es ante riesgo sísmico: el plan SISMIMUR, que ahora mismo está activado.

¿Cuál es la diferencia entre peligrosidad y riesgo sísmico?

Peligrosidad se refiere a la probabilidad de que ocurra un fenómeno natural en un área determinada y en un periodo de tiempo. Sin embargo, el riesgo sísmico es la cuantificación desde el punto de vista económico de la suma de esa peligrosidad (la calculamos en base a datos de terremotos pasados y extrapolamos hacia el futuro), la vulnerabilidad de las estructuras (capacidad de resistencia de edificios, carreteras, puentes…) y la exposición humana según el momento (el número de personas en las calles depende de la hora, o en verano hay más turistas, por ejemplo). El riesgo de un seísmo en Lorca tendrá un determinado valor, pero el mismo en el desierto del Sáhara será prácticamente 0 porque no hay estructuras ni gente, por mucho que se mueva el suelo no se sufrirán pérdidas. Los cálculos se realizan de forma interdisciplinar.

En cualquier caso, seguimos sin poder predecir un terremoto…

A día de hoy es imposible realizar una predicción en el sentido de concretar el momento y el lugar exactos en los que va a ocurrir. Hay casos de éxito en el que se ha observado una determinada señal precursora y se ha podido asociar a la ocurrencia de un terremoto, pero por cada acierto hay muchos más errores en los que esas mismas señales fallan. Algunos de los precursores que se están valorando son las emanaciones de radón, el comportamiento anómalo de animales, los cambios en el nivel freático o las variaciones del número de microterremotos respecto a los grandes.

¿Alguna recomendación final?

Además de seguir mejorando los estudios sobre los terremotos y la seguridad de las construcciones, considero que la formación y la educación de la gente también son importantes. Como se producen pocos terremotos que causen víctimas o grandes daños en España, hay poca percepción en la sociedad de que existe un riesgo. Igual que se realizan simulacros antiincendios, también se debería enseñar qué hacer frente a un movimiento sísmico. Depende del caso, pero medidas como cobijarse debajo de una mesa rígida y evitar acercarse a una ventana inestable u otro elemento que pueda desprenderse puede salvar vidas.

Fuente: http://www.agenciasinc.es/esl/Entrevistas/El-terremoto-en-si-mismo-no-mata-a-las-personas

Blogs/El Mecurio/Ciencia y Tecnología/sismología
Viernes, 20 de mayo de 2011
Lorena Guzmán H.

A pesar de que los japoneses aún luchan por sobreponerse a uno de los terremotos más grandes de su historia, la ciencia ya está entregando los primeros resultados para tratar de entender por qué fue tan fuerte e inesperado.

Tres trabajos en la edición de hoy de la revista Science son "pistas para armar el puzzle" -dice la publicación- del terremoto mejor documentado de la historia.

Con datos obtenidos con GPS, un grupo internacional de sismólogos descubrió que el terremoto nipón produjo menos ondas largas -las que causaron los mayores destrozos en Chile-; que el deslizamiento de la tierra fue de más de 50 metros, y que en la zona sur del área afectada aún puede haber otro movimiento sobre los 8 grados de magnitud.

60 metros más allá

Mark Simons, del Instituto de Tecnología de California y líder de la investigación, dice que recién están empezando a sacar conclusiones sobre el terremoto.

"Nuestra primera hipótesis es que la emisión de ondas largas depende de la profundidad de la fractura y de cuánto se desliza la tierra. Como el sismo en Japón fue más superficial que el que hubo en Chile, entonces produjo menos ondas de lo esperado". Es imposible -continúa- determinar "si la falta de estas ondas se tradujo en menos daños en Japón comparado con Chile; esto, sin considerar la destrucción por los maremotos".

Otra conclusión obtenida es sobre el desplazamiento de las placas tectónicas tras la liberación de la energía acumulada. El país asiático avanzó hacia el mar hasta 60 metros, una cifra enorme si se considera que el máximo en Chile fue 40 metros, dice Sergio Barrientos, sismólogo de la Universidad de Chile.

Pero para el científico chileno, lo que más impacta de estos primeros resultados es la confirmación de que "nadie esperaba este terremoto". Aunque Japón cuenta con unos 400 GPS, versus los 60 que hay en Chile, todos estos aparatos sólo logran medir los movimientos cerca de la costa, pero no más allá, donde se originó finalmente el movimiento de marzo pasado.

El problema -dice Simons- "fue que sabían cuánta energía había acumulada en la línea costera, pero no en la fosa misma". A diferencia de lo que pasa en Chile, donde las mediciones son más fáciles, la fosa japonesa está a casi el doble de distancia de la costa y fuera del alcance de los GPS. Por ello, y con mediciones parciales, los sismólogos japoneses sólo esperaban un sismo de 7,5, el que además estaba corroborado por los registros históricos.

"Hace sólo un par de años habían descubierto indicios de un maremoto similar al que ocurrió en marzo", cuenta Simons. No alcanzaron a introducir estos datos en los modelos, y eso, sumado a la "ceguera" de mediciones, los pilló desprevenidos. "No podemos cometer el mismo error dos veces; en el norte de Chile existe el mismo problema de la gran distancia entre la fosa y la costa. Aunque es costoso, se debería monitorear la zona mar adentro", dice el estadounidense.

Barrientos coincide: "Esto va a cambiar la forma de clasificar las rupturas, ya que no sólo tendremos que considerar sus características de norte a sur, sino que también de este a oeste".
Energía atrapada

El sismólogo estadounidense Mark Simons advierte que es muy peligroso decir que habrá otro terremoto por falta de liberación de energía tanto en Chile como en Japón. "En ambos casos no tenemos la distribución exacta de cómo se desplazó la tierra (qué tanta energía se liberó en cada lugar)".

En Japón -explica-, al sur de la fractura y donde se produjo la réplica mayor, "no entendemos qué pasa, porque no tenemos registros de terremotos anteriores, pero tampoco podemos decir cuándo habrá otro sismo, si mañana o en 500 años".

Fuente: http://blogs.elmercurio.com/cienciaytecnologia/2011/05/20/primeros-datos-del-terremoto-d.asp

Revista Science: http://www.sciencemag.org/site/feature/data/hottopics/japanquake/

19 de mayo de 2011

Como se indicó en el boletín especial No. 9 del 17 de mayo, el volcán entró nuevamente en una fase de emisión de vapor y gas con contenido variable de ceniza. Las caídas de ceniza han afectado, dependiendo de la dirección de los vientos, a poblaciones ubicadas desde el noreste hasta el suroeste. Entre dichas poblaciones se encuentra Río Negro, Río Verde, Agoyán, Baños, Runtún, Pondoa, Chacauco, Cusúa, Bilbao, Manzano, Pillate, Penipe, Trigal y Cahuají. Hasta el momento el mayor espesor reportado es de 3 mm en la zona del Trigal, ubicado al suroeste del volcán.

 A partir del medio día de hoy (ver Figura 1) se presenta un cambio de comportamiento de la actividad. El volcán se ha caracterizado en la tarde de hoy por producir explosiones de tamaño importante entre las cuales se destacan las de las 12h46, 15h13 y 16h17. Las explosiones no generaron fuertes cañonazos pero si produjeron columnas de emisión con mucha ceniza que alcanzaron los 3 km de altura y se dirigieron hacia el oeste-suroeste. Adicionalmente se ha observado en los sismógrafos que la energía del tremor ha disminuido de manera clara y la columna de emisión que se ve entre explosiones tiene un contenido de ceniza bajo a nulo y no alcanza alturas superiores a los 500 metros. Hay momentos en que no hay emisiones visibles desde el cráter del volcán. Con respecto al resto de parámetros monitoreados no se observan cambios notables.

Figura 1. Explosión de la 16:17 (tiempo local). En la imagen se observa una columna de emisión con alto contenido de ceniza

El Instituto Geofísico se mantiene monitoreando de manera constante la actividad del volcán y en caso de evidenciar cambios adicionales lo informará oportunamente a las autoridades y comunidad en general.

 

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

19:00 (tiempo local)

 HY/MR/LT

 

17 de mayo de 2011

Luego de una pausa de aproximadamente 10 días en su actividad eruptiva, el volcán Tungurahua ha vuelto a emitir ceniza y gases a partir de las 22h22 (TL) de la noche de ayer. Estas nuevas emisiones están relacionadas con un cuerpo de magma que ascendió y se instaló en los conductos superiores del sistema volcánico en semanas anteriores y que aparentemente aún no ha liberado toda la energía ni el material allí acumulados.

La actividad superficial registrada desde la noche de ayer se ha caracterizado por la presencia de una columna permanente de emisión de 1.5 - 2 km de altura sobre el nivel del cráter, con contenido medio a bajo de ceniza, la que se ha dirigido casi permanentemente hacia el Noreste. Durante las primeras horas de esta actividad, la cantidad de ceniza emitida fue mayor (ver Figura 1) para luego disminuir hasta niveles considerados como bajos, en los que la columna de emisión se ha caracterizado por tener mayormente gases de azufre y vapor de agua (ver Figura 2). Únicamente desde el sector de Río Negro, unos 25 km al Este de la Ciudad de Baños se reportó una importante caída de ceniza durante la madrugada.

Figura 1 Imagen satelital que muestra la emisión con  alto contenido ceniza detectada a las 07:45 del día 17 de mayo de 2011. Fuentes: NOAA Satellite and Information Service – The Washington Volcanic Ash Advisory Center (VAAC)

Figura 2. Columna de emisión con contenido moderado de ceniza observada en la mañana del 17 de mayo de 2011

La constante emisión ha estado acompañada por el registro de señales de tremor en los sismogramas, como es típico en estos casos. Los valores de la deformación en los inclinómetros han mostrado una ligera disminución, mientras que siguen presentándose esporádicos eventos sísmicos relacionados con la fractura de rocas al interior del volcán. La emisión de gases volcánicos como el dióxido de azufre SO2 había declinado hasta ayer a valores menores a 300 toneladas por día, pero con esta nueva apertura de la chimenea volcánica los valores que se cuantifiquen al final del día alcanzará seguramente niveles superiores.

En la tarde de hoy, cuando el volcán se despejó parcialmente, desde el Observatorio se ha podido identificar la presencia de nuevas fumarolas en el flanco occidental del volcán, a unos 1000 m bajo la cumbre, sobre la cabecera de la Quebrada Achupashal (ver Figura 3). El aparecimiento de esta alineación de fumarolas está siendo investigada en mayor detalle por los técnicos del IG, en especial mediante el uso de cámaras infrarrojas.

Figura 3. Fotografía que muestra la ubicación de las nuevas fumarolas en el flanco occidental del volcán Tungurahua. Imagen tomada el 17 de mayo de 2011

El Instituto Geofísico estima que esta nueva apertura del conducto volcánico, ocurrida de manera gradual luego de casi dos semanas de actividad superficial leve, ratifica la presencia de material magmático al interior del conducto volcánico con una energía suficiente como para volver a generar emisiones de ceniza producto de la actividad de los gases que se desprenden del cuerpo magmático, por lo que aún se debe mantener una observación muy cuidadosa de los diferentes parámetros que se monitorean en el volcán ya que podrían volver a repetirse las emisiones abundantes de ceniza en el corto plazo, como las que ocurrieron en el último tercio del mes de abril.

La presión causada por el magma emplazado podría también desembocar en un mayor caudal de emisión que el observado hasta ahora, en cuyo caso podría aumentar la explosividad del volcán y llegar a la generación de flujos piroclásticos grandes como los ocurridos en el año 2006.

 Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

18:00 (tiempo local)

HY/PR/LT

Viernes, 13 Mayo 2011 10:51

España: ¿Por qué ha sido tan dañino?

ABC / 13 de mayo de 2011

Nos lo preguntamos todos: si la mayoría de los especialistas aseguran que un terremoto de magnitud media (5,1) no es algo tan extraño por estos lares ¿qué es lo que ha pasado? España registra unos 2.500 seísmos anuales, de los cuales una treintena son sentidos por la población, pero lo peor ya está aquí, delante de nuestras narices. Nos guste o no, entramos en el siglo XXI, como país moderno que somos, con una decena de víctimas mortales por un seísmo. Las ha habido anteriormente: sí, en el siglo XIX, también en el XX, el 20 de abril de 1956 en Granada (doce muertos) y el 28 de febrero de 1969 en Huelva (cuatro muertos por crisis cardíacas después de producirse el terremoto). Entonces ¿cómo es posible que los daños en pleno 2011 y con una normativa de construcción tan estricta sean tan grandes?

Habría que diseccionar la respuesta en dos partes, una que atañe a la propia Naturaleza: la capacidad de generar terremotos de la zona más sísmica de la península (por todos conocido) además de las características concretas del subsuelo que ha sufrido la sacudida (ya no tan conocido); y la otra, sería respecto al tipo de construcciones dañadas y de la aplicación de las sucesivas e históricas normas simorresistentes en el diseño de los edificios.

En cuanto a la primera, la zona de Lorca (a escala regional) se encuentra inmersa en una zona de actividad sísmica conocida. La cantidad de terremotos diarios (y sí, digo diarios) registrados, es proporcional al número de observatorios que durante el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país se han venido instalando. Cada vez la sensibilidad de estos aparatos es mayor. Conclusión: cada vez registramos más movimientos, es decir, podemos suponer que siempre han estado ahí, incluso cuando no los detectábamos; vivimos sobre una piel de toro bastante dinámica: Canarias por su actividad volcánica, Levante, los Pirineos y el Sureste, se llevan las medallas al estar en el podio que otorga el choque entre las placas africana e ibérica.

La generación de terremotos a esta escala se puede asemejar a un grupo de fichas de dominó yaciendo horizontalmente sobre la mesa, juntas, tocándose, tangentes unas a otras. Si movemos una de ellas, se genera un tren de empujes hasta que todas en unos instantes se reajustan. Algo tan superficial es análogo a lo superficial de los segmentos que entre fallas y fracturas han generado la catástrofe de Lorca.

Pero específicamente en la cuenca donde se encuentra Lorca ¿qué tipo de terrenos reciben y acogen esos impactos? Para el no iniciado en Geotecnia puede sonar extraño: margas y yesos del Mioceno. Para los especialistas dice bastante. Es la conocida Zona IV de la Guía de planificación de estudios geotécnicos para edificación de la Consejería de Obras Públicas de la región de Murcia.

Las margas con yesos, dada su naturaleza ligeramente cohesiva y soluble, generan huecos a escala del macizo rocoso (lo conocemos como fenómenos kársticos) pero también éstos huecos están presentes en la parte más íntima y microscópica del suelo que por meteorización estos materiales generan, así hablamos de suelos potencialmente colapsables o suelos semisaturados, cuya cohesión es variable por lo que vamos a ver.

Estos terrenos colapsables suelen ser terrenos firmes, de capacidad portante media, aunque es desde hace muy poco (el CTE entra en vigor en 2007) cuando se toman las medidas pertinentes para detectarlos, para testificarlos y apuntarlos con el dedo como «potencialmente peligrosos». En sí mismos no lo son, son inocentes, tan solo hace falta que una fuerza exógena desbarate esa cohesión interna o endógena y todo se desmorone como un castillo de naipes. La misma guía citada lo dice: el mayor peligro son los hundimientos y colapsos (BORM 3 noviembre de 2001). Y esas fuerzas tarde o temprano vienen en forma de reventones de tuberías, vibraciones por tráfico pesado y la peor de todas: un terremoto (o dos) como los ocurridos.

En cuanto al diseño de los edificios, los más afectados y espectaculares son anteriores a las normas sísmicas, las cornisas caídas que han provocado las muertes, destrozado vehículos y los colapsos de los edificios son, a falta de un estudio que será necesario en el futuro, en su mayoría de fábrica de ladrillo.

Queda pues esta segunda parte abierta. Sin duda consta que las normas sismorresitentes, en especial la última NCSR-02, se cumplen casi a rajatabla, sobre todo en hospitales. Sin embargo, en esta piel de toro que nos ha tocado vivir, también la picaresca al servicio del lucro fácil ha esculpido nuestra historia. Sería bien triste que algo de esta oscura psicología haya tenido un papel protagonista en una de las catástrofes naturales más feroces y crueles de nuestra reciente historia.

Tomado de: http://www.abc.es/20110513/sociedad/rc-sido-danino-201105131038.html