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Histórico (542)

Boletín especial del volcán Tungurahua No. 02

 

17 de enero de 2011

A partir del 5 de enero pasado, fecha del anterior Informe Especial, la actividad del volcán ha continuado disminuyendo. Durante los últimos 12 días las columnas de emisión han estado constituidas exclusivamente por vapor de agua sin que se haya detectado la presencia de ceniza en las mismas. Desde el 25 de diciembre del 2010 no se han registrado explosiones y la cantidad de sismos LP (largo período, evidencia de transporte interno de fluidos) ha descendido aún más. Los contenidos de gas SO2 en las emisiones se mantienen en valores bajos, lo cual es corroborado también por los resultados de las medidas satelitales del sensor OMI. Las medidas de deformación tampoco han sufrido variaciones respecto a la relajación descrita en el informe del 5 de enero pasado.

 Por otro lado, en dicho Informe el IG había indicado también que durante la última mitad del mes de diciembre anterior se detectó la presencia de sismos de tipo VT a razón de uno por día en promedio. Este tipo de sismos generalmente en el caso del volcán Tungurahua han sido sintomáticos de nuevas intrusiones magmáticas y han sido los precursores de un incremento de la actividad explosiva. Sin embargo, como se indica antes, la actividad del volcán continúa disminuyendo y no se han detectado evidencias en los otros parámetros monitoreados que haya nuevas intrusiones magmáticas significativas. En este caso, se estima que la presencia de tales sismos VT fueron más bien el resultado de condiciones de descompresión en la cámara magmática y en los conductos del volcán, una vez que la presión interna se agotó como producto de la liberación de presión ocurrida durante la intensa actividad del 4 de diciembre y continuada durante la actividad moderada evidente hasta la última semana del año 2010. No se han registrado eventos de tipo VT en lo que va del 2011.

Bajo estas condiciones, tal como manifestábamos en nuestro primer Informe Especial del año 2011, nuevamente se confirmaría lo previsto en el primer escenario presentado en el Informe Especial del 7 de diciembre de 2010, por lo que se estima que se ha agotado ya el  volumen de la intrusión de magma que dio origen a los episodios explosivos que se iniciaron el 22 de noviembre de 2010 y por tanto no se prevé la ocurrencia de nueva actividad explosiva en el corto y mediano plazo.

 De todas maneras el IG recuerda que durante el año 2010 en el volcán Tungurahua se produjeron, principalmente en mayo y en menor medida en noviembre, erupciones súbitas sin precursores evidentes que hubieran sido registrados en el sistema de monitoreo volcánico, por lo que las autoridades y la población deberán ser conscientes de esta nueva forma de funcionar del volcán Tungurahua que da muy poca posibilidad de emitir avisos previos.

 El IG continúa en su labor permanente de vigilancia del volcán y de ocurrir cambios en las condiciones actuales, se comunicará inmediatamente a las autoridades y a la comunidad.

Instituto Geofísico

Escuela Politécnica Nacional

12:00 (tiempo local)

Técnicos del Geofísico recuperan datos de un acelerógrafo instalado en el Municipio de Otavalo. Foto: GM/IG-EPN
El Comercio, 16 de enero de 2011

El Instituto Geofísico fortalecerá el Servicio Nacional de Sismología y Vulcanología con recursos del Estado. Para este objetivo, esta entidad recibirá USD 8 777 362 de fondos asignados por la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia, Tecnología e Innovación, Senescyt. Es uno de los proyectos que más financiamiento recibirán de la entidad.

Hugo Yepes, director del Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, explica que desde el 2008, año en que se presentó el proyecto, han recibido el 60% del total de los fondos. El objetivo es conformar un Servicio Nacional de Sismología y Vulcanología en Ecuador. Para ello, se destinan recursos en la compra de nueva tecnología; es decir, sismógrafos, GPS en tiempo real, acelerógrafos, entre otros dispositivos. Estos últimos son aparatos que registran la aceleración del suelo durante un terremoto.

Esta tecnología es empleada en la evaluación de movimientos fuertes. Por el momento, se han instalado alrededor de 20 acelerógrafos en varias zonas del país, entre ellas, Pichincha, Guayas, Loja y Santo Domingo. Aún restan por colocar estos sistemas en sitios de la Costa y el Oriente.

Todo país que esté sujeto a la presencia de terremotos debe tener estos equipos, porque los valores que se registran en ellos son fundamentales para el diseño de estructuras sismorresistentes.

Por www.elpais.com.co y EFE

Casi un año después del terremoto que devastó Haití, 380 000 niños y más de 400 mil adultos continúan viviendo en campamentos temporales donde reina el hacinamiento. Estos albergues concentran a más de un millón de personas, pese a la masiva movilización internacional en favor de ese país.

Un informe del Fondo Mundial de la Infancia, Unicef, dependiente de Naciones Unidas, afirmó este viernes que las víctimas del sismo están repartidas en 1.200 asentamientos provisionales, aunque sólo el 9% de éstos cobija a más de la mitad de la población desplazada.

"La otra mitad se encuentra, literalmente, dispersa en cientos de sitios con menos de un millar de personas, lo que convierte al desplazamiento en una situación compleja en sí misma", reconoció el organismo.

El terremoto del 12 de enero del año pasado, que causó unos 316 000 muertos, afectó a una población infantil que ya estaba privada de sus derechos más básicos.

“Es muy decepcionante la situación en la que se encuentra Haití, un año después del terremoto con miles de personas viviendo en tiendas de campaña en condiciones deplorables de dignidad humana y de higiene.” Ariane Arpa, directora general de Intermón Oxfam.

Según datos de Unicef, cuando ocurrió el desastre sólo la mitad de niños tenía acceso a la educación primaria, sólo una quinta parte llegaba a la secundaria y apenas el 2% de alumnos terminaba este nivel, en tanto que uno de cada cinco niños entre 5 y 14 años trabajaba.

En cuando a servicios básicos, la mayor parte de la población carecía de los más elementales: sólo uno de cada cinco haitianos tenía acceso a instalaciones sanitarias y, de hecho, Haití era uno de los pocos países del mundo donde este indicador había empeorado en los últimos años, explicó la portavoz del Unicef en Ginebra, Marixie Mercado.

Históricamente, Haití también ha sido uno de los países con mayor desigualdad de ingresos y, según los datos vigentes antes del terremoto, la mitad de la población vivía con menos de un dólar al día.

Usos y abusos de Haití: un especial de Rebelión.org