Dos boyas, valoradas en $ 1 millón cada una, adquirirá el Ecuador para ubicarlas entre las islas Galápagos y Hawái, como parte de un plan de prevención ante alguna alerta de tsunami, como la suscitada el pasado 11 de marzo a consecuencia de un sismo de 9 grados de magnitud ocurrido en Japón.
Así  lo dio a conocer ayer el ministro de Coordinación de Seguridad, Homero  Arellano, en un taller de análisis y capitalización de experiencias –que  culmina hoy en Guayaquil– en torno a la emergencia suscitada en las  costas ecuatorianas. “Los organismos de emergencia estuvieron conectados  (...), el rol de la prensa pública y privada fue fundamental para  transmitir los mensajes (…), pero también se evidenciaron las  carencias”, expresó Arellano.
Él junto con la secretaria nacional  de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, explicaron que el  evento apunta a cuatro objetivos: crear un sistema de boyas a nivel  internacional; coordinar con las autoridades de los gobiernos  provinciales y municipales los planes de contingencia para la población;  crear un sistema de emergencias regional a través de la Unión de  Naciones Suramericanas; y crear medidas prácticas para el sistema de  evacuación de la ciudadanía.
 
									 
					