Las erupciones pueden cobrar muchas víctimas, tanto a corto como a largo plazo. La erupción del volcán Nevado del Ruiz (Colombia) de 1985 formó un lahar gigante que enterró en pocos minutos el pueblo de Armero, matando a cerca de 25 mil personas. La erupción del volcán Tambora de 1815 indujo cambios climáticos a nivel global que provocaron la muerte indirecta de al menos 100 mil personas alrededor del mundo, por falta de alimentos a causa de la pérdida de las cosechas en los años siguientes.