Esta palabra tiene su origen en una isla del mar Mediterráneo llamada “Vulcano”, cerca de Sicilia. La gente que vivía allí hace muchos siglos creía que dicha isla era la chimenea de la herrería de Vulcano, quien era el dios de la fragua para los romanos de la época. Según estas creencias, los fragmentos de lava incandescente y los gases que salían del cráter de la isla eran producidos cuando el dios Vulcano forjaba armas para Marte (dios de la guerra) y rayos para Júpiter (rey de los dioses).